domingo, 22 de enero de 2012

Cholo chumbivilcano

 Escrito por Rodolfo Sánchez Garrafa*

"Cholo chumbivilcano, qué buena presencia tienes" es uno de esos recuerdos intemporales grabados profundamente en mi memoria, una afirmación que no pocas veces fortaleció mi andar por el mundo. Era yo todavía un niño cuando mi padre me hablaba de Pancho Gómez Negrón, el chumbivilcano que se había ganado el afecto y la admiración popular y que había concurrido a la primera celebración del Inti Raymi contemporáneo en el Cuzco (1944), ocasión que fuera propicia para que hiciera sentir su arte de estupendo músico y su desplante de hombre altivo, en un episodio de penosa rememoración.

Cholo, ha sido siempre, en el contexto cuzqueño, un término diferencial. El "cholo" se distingue del criollo citadino, pero también de la masa del campesinado indígena, aunque reinvindique y asuma muchas de sus ideas y prácticas. Física y culturalmente, el cholo podría ser descrito como "mestizo", pero no lo es, y esto por decisión propia individual y colectiva, como ocurre con el cholo chumbivilcano. Aclaremos que se llama chumbivilcano a la persona nacida en la provincia de Chumbivilcas del departamento del Cuzco.

A la vista de la sociedad chola chumbivilcana me siento convencido que efectivamente ésta constituye un grupo social autónomo, cuyos integrantes son conscientes de compartir una misma situación, de ser poseedores de un universo cultural propio, pero, al mismo tiempo, de tener puestos los pies en la interculturalidad, tanto en los signos exteriores cuanto en los comportamientos.

En ninguna otra parte del Cuzco, más que en sus llamadas provincias altoandinas (Chumbivilcas, Canas, Canchis y Espinar) se encuentra masas de altivos cholos, orgullosos de su prosapia andina, bilingües, indómitos, cabalmente machistas (inclúyase en ello a varones y mujeres), con desplante rayano en la insolencia y la temeridad. Si en la historia de otros pueblos hay imaginarios como los del "Viejo Oeste", autóctono y salvaje, en Chumbivilcas este imaginario concuerda con la realidad tangible, con el enunciado de "la vida no vale nada". Estos cholos han hecho de la transición cultural una estación definitiva, sui géneris y colmada de orgullo étnico.

Aquí trataré sólo de algunos rasgos relevantes del ser chumbivilcano. Lo primero es su territorio extremeño, pues limita por el oeste con las provincias de Cotabambas y Antabamba del departamento de Apurímac, y por el sur con las provincias de la Unión, Condesuyos y Caylloma del departamento de Arequipa. Se halla moderadamente habitado (14, 07 hab/Km2) y posee llanos de altura o meseta alto andina que van en su mayor parte de los 3000 a 4000 msnm, aunque su agreste suelo se extiende desde los 2,860 msnm., en las quebradas ribereñas, hasta los 5,500 msnm., comprendiendo la puna y la cordillera. Asentamientos poblacionales típicos de la quebrada son Qolqa, Kututu, Charamuray, Yanque, Qhapaqmarka, entre otros; en los llanos altoandinos o pata, tenemos un número grande de comunidades como Saywa, Wayllani, Siwincha, Awchu, Pumallaqta, Mellototora, Qonchaqollo, Ayaqhasi, Tuntuma, Orqoma y otros; en la zona de puna se asientan poblaciones de altura como Allwaqchuyo, Uyuuyu, Layu, Kalasaya, Waraqo, Japu, Yavina, Alqa Victoria, Cuatro Esquinas, Iñapata, entre otras. Como jurisdicción político-administrativa, la provincia de Chumbivilcas tiene por capital a la ciudad de Santo Tomás (3660 msnm.), y comprende ocho distritos: Santo Tomás, Quiñota, Llusco, Livitaca, Velille, Colquemarca, Chamaca y Capacmarca.


El segundo rasgo viene de la mano con la vocación predominantemente ganadera de estas tierras, aunque Chumbivilcas también produce tubérculos y cebada, el maíz sólo se obtiene en sus sectores más bajos. La cuenca del río Santo Tomás se extiende de sur a norte, alberga a comunidades con población numerosa; es la despensa de los habitantes de Santo Tomás, Llusco, Quiñota, Colquemarca y Capacmarca. La cuenca del río Velille se orienta también de sur a norte y ocupa la parte central de la provincia; desde la laguna de Qaqansa hasta la Villa de Velille cubre la zona de puna, con llanuras considerables a ambas orillas. La sub-cuenca del río Livitaca o Q'echapampa separa a Chumbivilcas de la vecina provincia de Canas. Las lluvias son esperadas y constituyen el recurso fundamental para asegurar las cosechas en las tierras de barbecho sectorial así como para mantener los humedales que permiten la pervivencia del pastoreo de altura. La lejanía de Chumbivilcas es proverbial, la doble sensación de distancia y abandono se patentiza en el dicho popular "Chumbivilcas baticola del mundo". Hoy mismo con la modernidad, tomando la carretera Tinkuq-Paruro, Santo Tomás, la capital de Chumbivilcas, está a un promedio de 6 horas del Cuzco. 

El tercer rasgo es de orden ideológico, expresa la manera en que el hombre conjuga su comprensión del mundo y su actuación con y sobre la naturaleza. Puedo adelantar que la cosmovisión prevalente es la andina y que ésta tiene uno de sus sostenes en la lengua quechua, hablada en su variante dialectal Cuzco-Collao.

En la Región del Cuzco se conoce ya como chhuchus, ya como qorilazos a los pobladores de la provincia de Chumbivilcas. Chhuchus se les dice también a los grauinos y cotabambinos de Apurímac (recuérdese que ch’umpiwillkas, qotaniras, omasuyos y yanawaras eran pueblos vecinos desde la antigüedad, y que en cierta región tuvieron deidades comunes como el apu Mallmanya). En el mundo andino prehispánico, los mellizos eran llamados precisamente chhuchus y estaban considerados entre las personas especialmente dotadas para la práctica chamanística, junto con los nacidos con algún defecto físico (labio leporino, polidactilia, encogimiento de miembros, joroba, etc.), con los que tuvieron un nacimiento podálico, y con los tocados por el rayo o fulgurados.

Los mellizos, llamados también wisa eran considerados "hijos del rayo" y, como tales, recibían la denominación genérica de chuchu y quri; en el Cuzco se les llamaba taquihuahua o taqewawa

Los términos Chuchu y quri enuncian una relación con el rayo petrificado, en tanto que taquihuahua o taqewawa aluden a un atributo de pronunciada fertilidad o despetrificación. Los mellizos entraban en la categoría de waka, por la extrañeza del parto y nacimiento que sale de su curso natural. Es interesante advertir que la condición de mellizo expresa una energía animadora y reproductiva inusual que es fuente de poder.

Como sabemos, los pastores de las altiplanicies fueron considerados en tiempos prehispánicos como hijos del rayo o llaqwases, eran denominados también pueblos yaru y se los identificaba por su dedicación a la caza así como a la crianza de llamas y alpacas. Por Haquira-Cotabambas queda todavía un pueblo llamado San Juan de Lachua.

El cholo chumbivilcano actual suele asumir orgullosamente su apelativo de qorilazo, en el entendido que esta denominación proviene del quechua qori (oro) y del castellano “lazo”, lo que supuestamente vendría a significar «lazo de oro», muy en consonancia con la actividad ganadera predominante en sus lares. Sin embargo, es más verosímil pensar que qorilazo provenga de qori=rayo o mellizo y rasu=nieve o nevado. Qorirazu debió ser un apu o waka local importante de donde devino el apelativo de los pobladores de la zona. En Ancash existe una montaña de característica similar llamada Matashraju (de matash=mellizo y rahu o rasu=nevado) por atingencia a las dos puntas que posee. Este aserto se corrobora con las siguientes evidencias terminológicas:

Chuchu o curi: Gemelo, considerado hijo del rayo (Villagómez 1919).
Chhuchhu catatha: Ay. Llegarse de tropel (Bertonio 1984: 91).
Chhuchhutha: Ay. Bullir mucha gente (Bertonio Id.: 91).

Lasu, lasshta: Q. Junín. Nevada (Cerrón, 1976: 76-7).
Rahu, rasu, rashta: Q. Ancash. Glaciar, nieve de glaciar, nevado, hielo (Parker y Chávez, 1976: 147).

Chimpurasu, Qarwarasu, son altas montañas en áreas distantes de la cordillera de los Andes. En algunos lugares del mundo andino todavía subsiste como apellido el término Wisalaso o Huisalaso (de wisa=mellizo y rasu=montaña nevada) que quiere decir montaña de doble cima y por tanto montaña sagrada.

Como puede apreciarse, chhuchu y qorilazo son vocablos que aluden en el fondo a lo mismo: la condición de mellizo o de doble parto, que distinguía a estos «hijos del rayo» elegibles para el ejercicio del sacerdocio andino.

Un conjunto de prácticas rituales asociadas al calendario festivo anual, permite advertir algunos elementos característicos de la ideología chumbivilcana. En las fiestas del solsticio de invierno se cantan las waylías, bailan los "negrillos" y se practica el takanakuy (pelea singular de carácter ritual).

En febrero, el carnaval chumbivilcano, motiva días de incontenible alegría, en esta fecha y en fiestas patrias cada casa organiza su propia celebración. Varones y mujeres bailan la qhaswa (ronda al compás de cantares carnavalescos) a los aires de quenas, t'eqos, tinyas, guitarras y mandolinas. En las estancias o astanas, en lugares conocidos como t'inkanas se rinde tributo a las sementeras, rogando a los awkis y ofrendándoles el corazón de una llama o vicuña aún palpitante. La aytata o fiesta de comadres, tiene su origen en la repartición de tierras, que corre a cargo del gobernador. La chakra rakina (reparto de tierras de rotación) se hace en los laymes. En la t'inkana se acostumbra tocar los pinkullos de carrizo o los t'eqos trabajados de un material leñoso y ajustados por tiras de tendones de llama, acompañado por la tinya o pequeño tambor y por el wakawaqra (corneta de cacho de vacuno) que produce sonidos roncos y emotivos.

Las corridas de toros alegran las fiestas populares. En las tardes de toros, todo aquel que se precie de buen qorilazo siente la necesidad de enfrentar al toro, para demostrar su hombría. Los campesinos se lanzan al ruedo con el poncho en la mano, animados por el alcohol que abunda en las fiestas patronales. Las carreras de caballos son otra costumbre que da lugar a demostraciones de habilidad y desplante en las apuestas. Los jinetes, que pueden ser adultos, jóvenes o niños, montan sin correaje o "en pelo".

Las fiestas son ocasión para el despliegue de los sentimientos y las emociones. La afición del chumbivilcano por la música es parte de su identidad cultural. Las melodías y letras de sus waynos son inconfundibles, evocan el paisaje de la altipampa y los rasgos constitutivos de su carácter temerario. Como dice el cantar popular:


PICHIWAPAMPA
Pampa inmensa Pichiwana
todita cubierta de pajonales
donde comienza, donde termina
el rojo poncho del Qorilazo.

Pampas extensas chumbivilcanas
todas cubiertas de reses bravas
donde comienza y se termina
el lindo poncho del Qorilazo.

El toro y el caballo, asimilados al ecosistema chumbivilcano, son reinterpretados y la cultura popular les asigna un carácter mítico. Las jornadas frente al toro son parte de una epopeya viril; es grande el poder del toro, pero no menos grande es el temple del hombre que ante él arriesga su vida. Toro y caballo son arquetipos de una manera de entender el mundo y el sentido de la vida.

QOLQUEMARKA PLAZACHAPI     EN LA PLAZA DE COLQUEMARCA
Qolqemarka plazachapi                 En la plaza de Colquemarca
Qolqemarka plazachapi                 en la plaza de Colquemarca
yana toro, phiña toro                     hay un toro negro, un toro bravo
puka rojas enjalmiyuq.                  con roja enjalma.

Kaballuchaypis haykuruni              Dice que he entrado en mi caballo
caballuytas waqraramun                a mi caballo lo ha corneado
Hinaña kachun caballituy               Así se quedará mi caballo
duyñuykita libraspa.                      después de salvarme la vida.

Kasakaywansi haykuruni              Dice que he entrado con mi casaca
kasakaywansi haykuruni               dice que he entrado con mi casaca
kasakayta llikhiramun                   ha rasgado mi casaca
kasakayta ch'iqiramun.                 ha hecho pedazos mi casaca.

Pantaluywansi haykuruni              Dice que he entrado con mi pantalón
pantaluywansi haykuruni               dice que he entrado con mi pantalón
pantaluyta llikhiramun                   ha rasgado mi pantalón
pantaluyta ch'iqiramun.                 ha hecho pedazos mi pantalón.

Q'alachallañas haykuruni              Desnudo no más ya he entrado
q'alachallañas haykuruni               desnudo no más ya he entrado
wiksachaytas                               ha perforado mi vientre
wiksachaytas t'uquramun.             ha ahuecado mi vientre.

El chumbivilcano, aún dentro de su ideología machista, es un romántico que añora a la amada ausente. Su concepción del hombre y la mujer acentúa el carácter polar que les asigna el pensamiento andino: el hombre es macho, la mujer hembra, y ambos se complementan; así resulta natural que el hombre evoque a su warmayana (amor juvenil) con sincera nostalgia.

TOTORA PLAZAPI                     EN LA PLAZA DE TOTORA
Totora plazapi                            En la plaza de Totora
kapuli mallkicha                         hay un arbolito de capulí
chaypa raphichanpin                   y en esas sus hojas
yanay cartamuwan.                    una carta me ha escrito mi amada.

Manas leyeyunipaschu               No he podido leerla
nitaqsi qhawayunipaschu            ni siquiera la he mirado
waqaymanpas nispa                   porque de hacerlo lloraría
llakiymanpas nispa.                    y me embargaría la tristeza.

Samarinqa q'asan                      La helada ha de calmarse
marista waqasian                       ahora llora a mares
sapa pachaphuyu                       cada vez que la niebla
phistuyamullaqtin.                      la envuelve en ternura.

Chhaynallas ñoqapas                  Es así como yo también
marista waqani                           lloro a mares
sapa warmayanay                      cada vez que mi compañera
ripusaq niwaqtin.                        me dice que se apresta a partir.

Largo sería examinar el trasfondo de la lírica chumbivilcana y todas sus extensiones significativas. Muchas de sus letras patentizan el principio de reciprocidad, aplicable a las relaciones entre los hombres, pero también a las relaciones del hombre con la divinidad. Finalmente, cabe anotar que los cantos, por ejemplo la waylía, se sujetan también a los requerimientos del control social, modelador de la conducta.

PHAWAY VAQUERU                          VUELA VAQUERO
Phaway vaqueru qhawaramunki            Corre vaquero a mirarla
phaway vaqueru qhawaramunki             vuela vaquero a cuidarla
Wakay natachus wacharusiaqtin          que ya tu vaca va a parir
wakay natachus wacharusiaqtin           Que ya tu vaca va a parir.

Turucha kaqtinqa aqchi mikhunqa         Si naciera torito lo comería un aguilucho
chinacha kaqtinqa                               Si fuera una hembrita
wayllan misaman apayamunki              la traerás a la mesa de su pastal
Altaresman rinki señora patrona            A los altares has de ir señora patrona
lichichanmanta riclamanayki hina          a modo de reclamar su lechecita
kisuchanmanta riclamanayki hina.         a modo de reclamar su quesito.

Noqallaymanta turuy misitu                   Sólo mío toro misito
noqallaymanta wakay barruja.               Sólo mía vaca barroja.

Referencias:
BERTONIO, Ludovico
1984 Vocabulario de la lengua Aymara [1612]. CERES/ IFEA. Cochabamba.

CERRÓN PALOMINO, Rodolfo
1976 Diccionario quechua Junín-Huanca. IEP. Lima.

PARKER, Gary J. y CHÁVEZ, Amancio
1976 Diccionario Quechua Ancash-Huaylas. IEP. Lima.

SÁNCHEZ GARRAFA, Rodolfo
2009 Los wisa principales intérpretes del culto y las prácticas curativas en los Andes. En Medicina Tradicional Andina de Ricardo y Rodolfo Sánchez, CBC/CMA, Cuzco.


VILLAGÓMEZ, Pedro de
1919 Exortaciones e instrucción acerca de las idolatrías de los indios del Arzobispado de Lima. Imprenta y Librería Sanmartí y Cía., Lima.

L.21.01.2012.

*Rodolfo Sánchez Garrafa: Antropólogo, doctor en ciencias sociales. Realizó una larga estadía en Chumbivilcas el año 1998. Una buena parte del material etnográfico proviene de ese trabajo de campo. En la actualidad prosigue estudiando cuestiones de antropología simbólica y pensamiento andino.



5 comentarios:

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  2. Saludos doctor Rodolfo, y gracias por la aportación.

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  4. hay algunos aspectos de la traducción del quechua esta un poco impreciso, otro usted solo verifico el aspecto bibliográfico mas no se asemeja el termino exacto a la palabra Qorilazo, solo traen a colación la palabra Qorirazo, otro aspecto es que no se toman en consideración las leyendas andinas de la zona, ni el hecho de la misma mezcla cultural con España( mezcla cultural), etc. Saludos doctor Sanchez muy hermosa aportación que sera estudiada a mas profundidad en la posteridad

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    1. Saludos amigo Andy Zúñiga. La reciente publicación del libro "Qorilazos" de Edmundo Montes y la discusión derivada del mismo, relevan de cualquier abundamiento en este momento. Tema abierto a estudios más profundos que puedan efectuarse en adelante.

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