viernes, 29 de julio de 2016

CARLOS OQUENDO DE AMAT: CIEN METROS DE BIOGRAFÍA*

Rodolfo Sánchez Garrafa

Hace ya varios años, en 1998, José Luis Ayala Olazábal nos dio a conocer un estudio biográfico, el más completo que hasta ahora se haya escrito, sobre el poeta Carlos Oquendo de Amat. Hoy tenemos entre manos una segunda edición de ese su libro que lleva el sugerente título de Carlos Oquendo de Amat. Cien metros de biografía**, que a mi modo de ver está destinado ya no tanto a rescatar del olvido a un extraordinario poeta, sino a acrecer su figura, y permitir una comprensión más profunda de su personalidad y de los tiempos que le tocaron vivir.

Como sabemos, Oquendo de Amat está considerado como un poeta vanguardista, al que solo le fue necesario publicar un libro: 5 metros de poemas (1927), para alcanzar su consagración póstuma.

Oquendo de Amat y su libro consagratorio.
Apenas medio siglo atrás, era poca la gente que había oído hablar de Carlos Oquendo de Amat. En 1967, Mario Vargas Llosa hizo referencia a él en la parte inicial de su discurso con motivo de recibir el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos. En ese entonces, dijo lo siguiente:

"Hace aproximadamente treinta años, un joven que había leído con fervor los primeros escritos de André Breton, moría en las sierras de Castilla, en un hospital de caridad, enloquecido de furor. Dejaba en el mundo una camisa colorada y "Cinco metros de poemas" de una delicadeza visionaria singular. Tenía un nombre sonoro y cortesano, de virrey, pero su vida había sido tenazmente oscura, tercamente infeliz. En Lima fue un provinciano hambriento y soñador que vivía en el barrio del Cercado, en una cueva sin luz, y cuando viajaba a Europa, en Centro América, nadie sabe por qué, había sido desembarcado, encarcelado, torturado, convertido en una ruina febril. Luego de muerto, su infortunio pertinaz, en lugar de cesar, alcanzaría una apoteosis: los cañones de la guerra civil española borraron su tumba de la tierra, y en todos estos años, el tiempo ha ido borrando su recuerdo en la memoria de las gentes que tuvieron la suerte de conocerlo y de leerlo. No me extrañaría que las alimañas hayan dado cuenta de los ejemplares de su único libro, enterrado en bibliotecas que nadie visita, y que sus poemas que ya nadie lee, terminen muy pronto trasmutados en "humo, en viento, en nada", como la insolente camisa colorada que compró para morir. Y, sin embargo, este compatriota mío había sido un hechicero consumado, un brujo de la palabra, un osado arquitecto de imágenes, un fulgurante explorador del sueño, un creador cabal y empecinado que tuvo la lucidez, la locura necesaria para asumir su vocación de escritor como hay que hacerlo: como diaria y furiosa inmolación".

Más allá de las elogiosas palabras que rescataban la obra poética de Carlos Oquendo de Amat, es visible el enorme desconocimiento que pesaba sobre el hombre de carne y hueso, así como sobre su praxis de vida. ¿Quién fue realmente este personaje casi anónimo por circunstancias de la vida?¿Cómo así llegó este provinciano a vivir pasando penurias en un barrio del Cercado de Lima? ¿Cuál fue la motivación del viaje que Oquendo había emprendido a Europa? ¿Por qué había sido desembarcado, encarcelado y torturado en Centro América? ¿Cómo, finalmente se produjo su muerte, apenas a un año y cuatro meses de su embarque en el puerto del Callao? Estas pocas preguntas son suficientes para reparar en la magnitud del desconocimiento que se cernía respecto al autor de 5 metros de poemas.

Afortunadamente, los temores de don Mario Vargas Llosa respecto a la trasmutación de los poemas de Oquendo en “humo, en viento, en nada" se han disipado para nosotros, gracias, entre otros factores, al tesonero aporte de estudiosos que asumieron una tarea de recuperación y difusión, tanto de la obra de Oquendo cuanto de su esclarecimiento biográfico. Hoy sabemos del papel pionero cumplido por personas como Carlos Meneses, Omar Aramayo, César Toro, Carlos Germán Belli, entre otros. Sobre estos esfuerzos iniciales se erige la obra que hoy tenemos la satisfacción de comentar, en su segunda edición: Carlos Oquendo de Amat. Cien metros de biografía escrita por José Luis Ayala Olazábal.

Las contribuciones de estos Cien metros de biografía son muchas, me limitaré a señalar aquellas que destacan a todas luces:

1)     El re-conocimiento total de una personalidad creadora singular.- Si bien en 1988 ya se disponía de valiosa información respecto a la obra poética de Carlos Oquendo de Amat, breve pero fecunda y de una delicadeza visionaria singular; no ocurría lo mismo con lo que hasta entonces se sabía sobre su vida. Sabíamos poco sobre el hombre y su circunstancia. Carlos Oquendo de Amat. Cien metros de biografía, llena ese vacío del conocimiento y lo hace de la manera más responsable. Es a partir de la convicción de haber ido con fortuna más allá de la pura producción poética de Oquendo, que José Luis Ayala expresa el deseo de cambiar los versos escritos por Enrique Peña Barrenechea como epitafio en la tumba de nuestro poeta, detalle que explicita la necesidad de reconsiderar percepciones a la luz de hechos ahora suficientemente esclarecidos.

2)     La elaboración de una “ópera magna” o libro fundamental.- Según su propio autor, este es un libro frondoso. Ciertamente lo es, en cuanto producto de un rastreo lo más exhaustivo posible de las huellas familiares del vate Oquendo de Amat, efectuado a través de fuentes escritas, testimonios orales y de un re-corrido por los lugares que transitara en vida nuestro personaje. Pero, más que eso, Cien metros de biografía constituye, por la concepción que anima a su estructura, una senda definida en la que se hace nítida la imagen del poeta y, a la vez, se hacen comprensibles sus rasgos de personalidad, gestos, avatares y peripecias, es decir, una biografía total, difícilmente superable. En los Cien metros de biografía encontramos ahora al individuo, al personaje excepcional, pero también a la sociedad, a nuestra sociedad reconocible en la historia. En sus páginas podemos disfrutar la biografía como género literario y de investigación socio-antropológica.

Escritor y poeta José Luis Ayala.

José Luis ha logrado compendiar y extender al mismo tiempo los más relevantes trabajos conocidos sobre Carlos Oquendo de Amat. Entiendo que este libro es uno de los más ambiciosos y esforzados que haya concebido su autor, aunque seguramente estará de acuerdo conmigo en que nunca podemos afirmar que se haya dicho la última palabra.

3)     La reivindicación del quehacer político en la vida de Oquendo de Amat.- Es un hecho que la militancia política de Oquendo fue ignorada por sus primeros biógrafos. El libro de José Luis Ayala repara con creces tan tremendo vacío.  Carlos Oquendo de Amat fue militante y activista del P.C.P. Paso a paso se nos refiere cómo Amauta y José Carlos Mariátegui influyeron en el pensamiento y la praxis de Oquendo; la forma y circunstancias en que emprendió estudios de marxismo en casa de Paco Febres y su subsiguiente encierro en el Frontón; detalles sobre cómo decide dejar de escribir poesía para convertirse en un militante, agitador y pensador socialista; evidencias sobre sus trances carcelarios, sus actividades políticas y sus recorridos por el sur del Perú y Bolivia; los avatares de su deportación a Panamá; su carcelería en la zona del Canal; su travesía a Europa, donde luego de una breve estadía en París, fallece en Navacerrada-España; y, finalmente, el reconocimiento que le tributó a Oquendo la juventud del P.C., en atención a su trayectoria y su desempeño ejemplar en la acción revolucionaria.

4)     El renunciamiento a la vocación poética en pro de una dedicación al quehacer político.- Tal como José Luis Ayala lo explicita, hacia 1928 Oquendo habría decidido dejar de escribir poesía luego de ver publicados sus 5 metros de poemas, cuando apenas frisaba 23 años.

En Carlos Oquendo de Amat. Cien metros de biografía, encontramos que luego de publicar su único libro el poeta no se muestra interesado en seguir y quizá reflexionar de manera poética sobre las implicancias y exigencias de su compromiso político, que al parecer adquirió la dimensión de una dedicación exclusiva. Por lo menos, en este caso, parece que la poesía pasó a ser poco conciliable con la política. Oquendo decidió, tal vez, no dejar duda sobre su entrega al compromiso político, preservando su praxis de cualquier asomo lírico que empañara sus convicciones. Es como si hubiera querido ser un buen militante antes que un mal poeta político, aunque ciertamente esta no es una exigencia ineludible sino una opción de vida muy personal.

Ni en 5 metros de poemas, ni en otros poemas sueltos que se han encontrado, se halla algún asomo de rebajamiento literario al servicio de una divulgación programática o ideologización política. Nunca se inclinó por una poesía revolucionaria, de propaganda política o de lucha por el poder. Sin embargo, Oquendo fue un revolucionario, un convencido de sus ideas políticas. (Vamos a pedirle a José Luis que abunde con unas palabras adicionales al respecto).

Confío no haberlos impacientado con estos comentarios, que son mi mayor homenaje al poeta Carlos Oquendo de Amat y a su más grande biógrafo, nuestro admirado José Luis Ayala.

Chorrillos, julio de 2016.


* Comentario expuesto por Rodolfo Sánchez Garrafa el día 28.07.2016, en la Sala Clorinda Matto de Turner de la FIL 2016.
** José Luis Ayala: Carlos Oquendo de Amat. Cien metros de biografía. Universidad Nacional del Altiplano, Puno 2015. 519 pp.

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